No pienso decir nada que no se haya dicho antes, pero dados los escándalos y las investigaciones judiciales, que si bien avanzan a paso relativamente firme tienen extrañamente poca repercusión ¿no es una excelente oportunidad de terminar con las obras sociales y avanzar en un seguro médico universal provisto por el Estado y con financiamiento especifico? ¿No sería mucho menor el gasto individual en salud si, en lugar de superponer gasto público (que no usan sólo los pobres, sobre todo cuando involucra provisión de medicamentos y otros, lo sé por experiencia personal), obras sociales sindicales que más bien son cajas negras, financiadas también por el tesoro, y prepagas que, god knows why trasladan el 100% de los aumentos salariales a las cuotas (¿dónde están los aumentos en la productividad del trabajo y los gastos no salariales?)?
Sin desconocer las deficiencias que tiene nuestro Estado en particular, y los problemas que habría en su implementación, creo que sería bastante más feliz (además de tener unos pesos más en el bolsillo) si pudiera dejar de pagar mi prepaga porque sé que si me pasa algo puedo ir a cualquier hospital público que va a tener un lugar, insumos y demases, justamente porque está bien financiado.
Nada, reflexiones de un sábado matinal lluvioso...
sábado, 18 de diciembre de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
muy interesante Pota, sobre todo viendo que este sistema híbrido es ineficiente en varios aspectos.
lamentablemente el costo de la reforma, tanto político como económico (en el corto plazo al menos) hace que parezca una utopía...
Ja, Ja, no vayas con esas ideas a ningún lado que los sindicalistas te patotean, en serio.
Saludos.
Publicar un comentario