lunes, 26 de octubre de 2009

Seguimos con las comparaciones

En sintonía con la moda de compararnos con países cercanos y lejanos, de forma irónica o sensacionalista, es interesante ver lo que está pasando en países que, con años atrás, podíamos decir que estaban a años luz de nosotros.

El primer caso, casi obvio por estos días, es Uruguay. Un presidente que se va con una popularidad del 65%, sin ninguna sospecha de corrupción, con medidas importantes en el aspecto educativo (el ejemplo más trascendente es el de la asignación de una computadora por chico en edad escolar) y con un gran respeto por parte de sus opositores, que de ninguna manera piensan estropear todo lo conseguido en el caso de que ganen. Además, las internas se dieron como tienen que darse y en la campaña cada uno sabía a lo que jugaba (las opciones más importantes eran la de centroizquierda y la de centroderecha, con marcadas diferencias ideológicas y con pasados muy distintos, pero siempre basándose en una construcción común).


El otro ejemplo es el de Bolivia, con un presidente que, mucho menos rimbombante que otros autoproclamados líderes regionales, tiene prioridades que constituyen cambios históricos para la economía y la sociedad de su país. Uno de estos es el de la reforma agraria. La reforma está lejos de ser un capricho para expropiar sin razón a los grandes propietarios sino que se hace al servicio de fines productivos y económicos. Está claro que la concentración de la tierra juega en contra de la productividad, y en función de ello se trata de reformular el sistema de propiedad.

Tanto la madurez política de Uruguay como los avances en la distribución de la tierra en Bolivia sirven para ser contrastados con dos cosas. Primero, con los mamarrachos que se sucedieron en las últimas elecciones que tuvimos en Argentina, que no se privaron de puteadas, cambios de bando, acusaciones cruzadas y muchas muestras de patetismo en distintos programas de TV. Segundo, con la concentración del agro argentino, que es una de las causas más profundas de la batalla entre el Gobierno y el “campo” desatada el año pasado.

El post no es para decir que hacemos todo mal ni para preguntarnos hasta cuándo vamos a ser un país poco serio pero creo que de vez en cuando sirve mirar con buenos ojos lo que hacen los vecinos.

13 comentarios:

Coki dijo...

Una duda: ¿por qué la concentración de la tierra juega en contra de la productividad?

Sam Rothstein dijo...

Bolivia????
Ufff.... patinaste feo!

Frank Pentangeli dijo...

"Está claro que la concentración de la tierra juega en contra de la productividad, y en función de ello se trata de reformular el sistema de propiedad."

¿Donde está la evidencia para decir, lisa y llanamente, que está claro?

Pota dijo...

Me sumo a las críticas. No está claro que la concentración de la tierra afecte la productividad (siempre hablando del agro), aunque sí probablemente afecte la distribución del ingreso, simplemente porque la renta de la tierra es un recurso mucho más difícil de captar por parte del Estado que recursos naturales como el cobre, el petróleo, el oro, etc.
Ahora bien, me parece más fácil que el Estado logre quedarse con parte de la renta "extraordinaria" de la tierra para redistribuir (o incluso para mejorar la productividad de sectores más retrasados) a que ponga en práctica una reforma agraria.

alexanderplatz dijo...

Me parece que está buena la discusión que plantean, y pienso que la concentración juega en contra de la productividad por 2 razones principalmente:

- Al existir propietarios con grandes extensiones de tierra, no van a cultivar todo lo que puedan cultivar sino que van a trabajar solo en una parte. Trabajar la tierra implica una inversión, que los grandes propietarios no realizan dado el gran monto de capital requerido y el riesgo al que se exponen.

- Las mejoras tecnológicas se retrasan con la concentración. La propiedad concentrada y la consecuente falta de "competencia" no alienta a los productores a modernizarse.

Con esto no quiero decir que una "desconcentración" lleve necesariamente a mayores niveles de productividad. Los cambios en el sistema de propiedad tienen que ir acompañados de incentivos a los pequeños productores y aliento a la demanda y oferta tecnológica.

Coki dijo...

@alexanderplatz, al leer aquella oración pensé en los mismos argumentos que vos, pero aplicados a la desconcentración.

El gran propietario, a mi entender, puede alcanzar economías de escala, incrementar su eficiencia e invertir mucho más.

Incluso, podemos pensarlo así: supongamos que 50% de la tierra es "buena" y 50% es "mala". El gran propietario puede destinar parte de la rentabilidad de la primera a maximizar el rendimiento de la segunda.


Vamos a lo más sencillo: ¿qué es más eficiente, una PYME o una gran empresa?

Creo que quien haya tenido contacto con ambas sabe la respuesta.

Pota dijo...

Pero mi amigo Alexanderplatz, no podría estar más en desacuerdo con usted.
En primer lugar, si la tierra estuviera muy desconcentrada, y todos fueran pequeños productores, no podrían encarar grandes inversiones de capital a menos que recibieran estímulos del gobierno, y aún así no les convendría por falta de escala. En todo caso, necesitaríamos explotaciones de tamaño "intermedio-grande".
Deuxio, en un mercado como el agropecuario, los precios se fijan a nivel internacional, y salvo en algunos casos puntuales, no podemos decir que los productores tienen al mercado local "cautivo", porque los precios no los fijan ellos. Entonces, el productor no decide precios, decide cantidades "dado" un precio que no controla.
Puede ser cierto que al tener una gran explotación no le interese tanto maximizar beneficios si ello requiere de grandes inversiones de capital, y prefiera contentarse con una buena ganancia basada en los altos rindes que ofrece la pampa, pero en todo caso ahí debería intervenir el gobierno con impuestos a la tierra improductiva y/o derechos de exportación, más subsidios a la compra de bienes de capital que le bajen el precio de su producción y lo incentiven a aumentar la productividad de sus explotaciones.

Frank Pentangeli dijo...

Lo que queda claro después de esta discusión es que no está claro que cuanto mayor concentración de las tierras haya menor será la productividad. Si estuviera claro, no tendríamos necesidad de discutir.

Adhiero al comment anterior. Existen economías de escala en la concentración de tierra. No es lo mismo tener un tractor para un campo de 1 hectárea, que para uno de 100 o de 1000. Aún en el caso de que la tierra estuviera desconcentrada, los propietarios de los campos tendrían que unirse bajo alguna forma de organización con costos para aprovechar la escala y evitar tener un tractor por hectarea en lugar de uno por mil.

saludos

Sam Rothstein dijo...

Che, como es que tenes tan pero tan clara la relacion entre concentracion y productividad??
Lo estudiate durante mucho tiempo, leiste muchos papers, estas familiarizado con la literatura?

O simplemente tenes la hipotesis de que es asi, alguna racionalizacion de por que puede llegar a ser asi... y bueno... para que vamos a dejar que la evidencia nos evite hacer un post "claro y contundente".

Me lleva a reflexionar. A veces me da la impresion que se confunde tener sentido crítico con estar muy convencido de algunas ideas que son "críticas respecto de". No lo digo por vos Alexanderplatz (no te conozco...) ni tampoco es para bardear. Pero supongo que todos los Volman se describirían como gente con sentido crítico y me sorprende la cantidad de posts donde todo esta tan "claro".

Tantas certezas me generan envidia!

El desquitado dijo...

Pero Sam...
Yo no tengo idea si lo que dice Alexanderplatz está tan claro o no.
Pero si a usted le parece que no está tan claro, traiga argumentos a la mesa y participe del debate.

¿Acaso no le parece eso de más sentido crítico?

Saludoss

Manhattan dijo...

Me sumo: algunos tienen la suerte de tenerlo "tan claro" ya sea para jugarse que concentración sí es más o menos buena para la producción.
Estaba trazando en mi cabeza unas ideas y pensaba:
Estaba seguro como dijo Coki que el gran productor puede alcanzar economías de escala y hacer un uso mucho más eficiente de los recursos. Además, seguramente por como funcionan nuestra economías, tiene cierto acceso al crédito y al capital importado.
Pero también me quedé pensando en lo que dijo Alexanderplatz... la gran concentración muchas veces retrasa las mejoras tecnológicas porque tienen pocos incentivos a introducir nuevas tecnologías. Los grandes productores pueden actuar de forma colusoria, sumado a que el costo de introducir nuevas técnicas puede ser muy alto en relación a los rendimientos vigentes. Y los pequeños productores muchas veces no pueden acceder al capital que les permita entrar al mercado o mejorar su producción.
Sin embargo el diminuto capital a la que los nuevos pequeños productores bolivianos tienen acceso parecería no ser suficiente para lanzar una mejora importante de la productividad, e incluso en el clima actual de inestabilidad y violencia, podría ser de un gran retroceso.
Bienvenido sea un mercado menos concentrado, pero eso no alcanza si no hay reales incentivos a la inversión privada, que es en el largo plazo el motor verdadero del crecimiento de la productividad.

alexanderplatz dijo...

Coki: creo que la disyuntiva entre PyME y gran empresa no es tan clara en cuanto a cuál es más eficiente. Me parece poco riguroso hablar en modos tan amplios. Pero por otra parte, creo que también es incomparable el sector agropecuario con alguna empresa de cualquier otro producto. Sabemos que la tierra es un recurso fijo, por lo tanto la propiedad de la misma tiene un valor intrínseco mucho mayor que la propiedad de una empresa en una determinada rama donde uno está compitiendo constantemente con nuevas firmas que van entrando al mercado.

Pota, con respecto a la primera parte, se me está yendo al extremo. No pretendo un agro con todos pequeños productores todos iguales. Por otra parte, el agro argentino está sumamente concentrado desde que existe Argentina como tal, y la tendencia es hacia la creciente desaparición de pequeños productores. Las políticas de derechos de exportación me parecen razonables dentro de este contexto pero traen conflictos inevitables como los que conocemos. Por último, creo que, para hacerla mejor, las políticas de aliento a la innovación se podrían dar en un territorio menos concentrado y no veo por qué no resultarían mejores.

Frank, pienso que el origen del problema es que en el campo de 1000 has., el tractor nuevo no lo compran. No por falta de recursos sino por el riesgo al que se exponen, además de que no lo consideran necesario.

Sam, como dijo El Desquitado, creo que es mejor aportar argumentos que hacer un análisis de nuestra personalidad.

JorgeAllen dijo...

La concentración de la producción (tanto agraria como industrial) es algo deseable, justamente por las economías de escala.

Ahora, el régimen de propiedad de los factores es otra cosa.

En mi opinión la consigna de la reforma agraria del estilo pequeños productores no tiene sentido. Habría que diseñar alternativas a gran escala, cooperativistas o incluso con participación estatal.

Saludos