miércoles, 23 de septiembre de 2009

Teléfono descompuesto


El 11 de septiembre una mujer que trabajaba en France Télécom se arrojó por la ventana de su oficina en Paris. El 15, otra empleada de la empresa, esta vez en la ciudad de Metz, intentó sin conseguirlo morir en su oficina.

Hace varios días que la prensa francesa se ocupa, y la gente se preocupa, de la nueva ola de suicidios por parte de los trabajadores de Télécom. Desde febrero de 2008 hasta hora, 23 empleados (sobre un total de un poco más de 100.000) decidieron ponerle fin a sus vidas y otro tanto lo intentó. Sí, ya sé que decir que trabajar para esta empresa es 100% la causa de los suicidios sería apresurado, pero hay razones para decir que se podría establecer una fuerte relación.

Los empleados se quejan desde hace años de las condiciones de trabajo en la empresa: presiones, stress, deshumanización y robots son palabras que se repiten cada vez que los empleados hablan de las condiciones de trabajo. Cuentan que los empleados se ven obliados a mutar de puesto todo el tiempo y de manera brusca. Al décimo cambio, si no antes, se sienten usados. Algunos hablan de un sentimiento de expulsión ya que la empresa les envía por mail a sus empleados ofertas de trabajo en otros empresas: al que acepta no paran de llenarle la casilla hasta que se vaya. Para darse una idea, en 3 añitos Télécom suprimió 22.000 puestos.

Uno de los testimonios de una empleada dice que el problema es de la gestión, la cual define como "management del terror" porque los empleados tienen que pedir permiso para ir al baño e incluso a veces tienen que presentar una explicación por escrito si se exceden del tiempo para el almuerzo. Al referirse a las mutaciones obligatorias, una mujer dice que hay contadores en el área de RRHH y técnicos como telemarketers con el único fin de ponerlos en ridículo. Dice que es la quinta vez que la cambian de puesto (sin pedir, claro), cada vez empezando de cero y con la presión de tener que vender más. Al ver que a su alrededor el 30% de sus colegas toma antidepresivos, se pregunta cuándo será su turno.

Un encargado de ventas dice que lo único que importa es alcanzar los objetivos comerciales y que la competencia en móviles e Internet es feroz. Cuenta que vio agentes vendiendo Internet a gente que no tenía computadora...

Una de las médicas de la empresa, que trabaja en la ciudad de Grenoble, Monique Fraysse-Guiglin, dice que debido a la fuerte movilidad dentro de la empresa no le extraña que haya ausentismo, accidentes de trabajo, problemas de sueño, tristeza, angustia, perturbación de la vida familiar y que, los más frágiles, lleguen al suicidio. A esto, continúa, se suma que el management actual es a la distancia al igual que los psicólogos de la empresa lo que dificulta la relación entre los RRHH en problemas y quienes pueden ayudarlos. A pesar de los informes de los médicos que alertaban sobre la gravedad de la situación, la empresa estuvo desde 2007 alegando que era cierto que la gente saltaba de un puesto a otro, pero que al menos conservaban un empleo. Para rematar, la médica dice que no se entera de los suicidios por la empresa, sino por la prensa.

Didier Lombard, capo máximo de Télécom, dice que se tomaron medidas desde el año 2000, cuando empezaron los centros de contención y que funcionan bien. Lo que pasa ahora, asegura el Monsieur, es un efecto contagio, una "moda del suicidio". Después de una reunión convocada desde el Ministerio de Trabajo, se acordó el 15 de septiembre que se pondría stop, por un mes y medio, al juego de la silla. Además, habrá a disposición de los empleados una línea verdad a la que podrán llamar para hablar con psicólogos externos a la empresa.

Lo que atraviesa esta situación es el proceso de transformación: de empresa estatal, donde todavía hay empleados que empezaron como funcionarios en los 80 y 90 a empresa multinacional, que cotiza en bolsa dese 1997, donde el Estado tiene una parte miniritaria y donde los números pasaron a estar por sobre las personas. Toda la situación tiene algo de paradójico, porque al mismo tiempo Sarkozy se junta con Stiglitz para lanzar el PIB que refleja que la riqueza, como muestra este caso, no hace la felicidad.

Fuentes:
LeMonde
Libération

2 comentarios:

Pota dijo...

Mi estimado:

No sé si podría decirse que las (nefastas y aberrantes) políticas aplicadas por France Télécom son producto de su transformación en una empresa privada multinacional exclusivamente. Este tipo de medidas no me parece que se repitan en todas las empresas, o en todas las multinacionales, mucho menos en países desarrollados como aquel desde el que escribe. Aunque por otro lado, cabe aclarar que Télécom la tiene más complicada que otras empresas porque creo que sus tarifas están reguladas para que no pueda hacer dumping, dado que tiene más banca que las demás.
Eso de la "moda de los suicidios" es, paradójicamente, mortal. De todas formas, sí hay modas de suicidios en otros países como Japón y los escandinavos.
Por último "mutación" no es lo mismo que "traslado" en nuestro hermoso idioma, me parece que tendría que largar el francés por un tiempo.

Dexippos dijo...

Pota:

Estoy de acuerdo con vos, pero es verdad que hay algo diferente en FT. Renault, si querés, también pasó de la protección del Estado a multinacional pero la transformación de la industria automotriz toda fue muy distinta a la de la tecnología de las comunicaciones. FT pasó de teléfonos fijos a teléfons fijos+Internet+tele, con competencia en todos los frentes. En algún lugar leí algo así como "el cambio de la empresa fue mucho más rápido que el recambio generacional de sus empleados".

Lo de la moda de los suicidios es un desastre, más viniendo del cappo de la empresa.

Lo de la palabrita, ok.