Ya pasaron las elecciones y ahora lo único que importa es la gripe porcina. O no tanto, si nos fijamos en algunos de los carteles que inundaron la ciudad después del domingo. Me parece muy exagerado de parte de esta gente seguir bombardeando a todos con campañas políticas, mucho más cuando faltan 2 años y medio para que termine el mandato de Cristina. Pero sí creo que hay algunas decisiones que son clave y de las que, irremediablemente, se va a tener que hacer cargo el kirchnerismo.
Falta demasiado para 2011, y no es por sobreestimar la importancia del gremio, pero hay una decisión vital, que es la designación del ministro que reemplace a Carlos Fernández. Y en este sentido hay dos caminos. Hay una opción que es poner a Redrado de ministro y que sea un Lavagna bis que en vez de lidiar con las consecuencias de la crisis del 2001 sea el que lidie con la crisis internacional y trate de mantener los buenos indicadores macro que todavía sostiene el Gobierno (alto nivel de reservas, superávit externo y fiscal). Yo entiendo que de esta forma pasaríamos a tener un ministro de Economía por primera vez desde la salida de Lavagna y hasta se podría generar más confianza en la gente con un blanqueo del INDEC. La otra es seguir con la “vieja política” kirchnerista, lo que significaría poner a Boudou al frente del MECON. Yo creo que esto reforzaría los problemas de credibilidad del Gobierno, no permitiría pensar una política macro sustentable de acá a dos años y seguiría dependiendo de los manotazos de Néstor.
Una vez más, el Gobierno está ante una oportunidad que puede aprovechar para bien. Creo que es la última, y eso significa mucho sabiendo todo lo que falta para octubre de 2011.
Falta demasiado para 2011, y no es por sobreestimar la importancia del gremio, pero hay una decisión vital, que es la designación del ministro que reemplace a Carlos Fernández. Y en este sentido hay dos caminos. Hay una opción que es poner a Redrado de ministro y que sea un Lavagna bis que en vez de lidiar con las consecuencias de la crisis del 2001 sea el que lidie con la crisis internacional y trate de mantener los buenos indicadores macro que todavía sostiene el Gobierno (alto nivel de reservas, superávit externo y fiscal). Yo entiendo que de esta forma pasaríamos a tener un ministro de Economía por primera vez desde la salida de Lavagna y hasta se podría generar más confianza en la gente con un blanqueo del INDEC. La otra es seguir con la “vieja política” kirchnerista, lo que significaría poner a Boudou al frente del MECON. Yo creo que esto reforzaría los problemas de credibilidad del Gobierno, no permitiría pensar una política macro sustentable de acá a dos años y seguiría dependiendo de los manotazos de Néstor.
Una vez más, el Gobierno está ante una oportunidad que puede aprovechar para bien. Creo que es la última, y eso significa mucho sabiendo todo lo que falta para octubre de 2011.
2 comentarios:
Casi que este comentario se lo hago al Nene, pero llegó tu post.
Después de 6 años de gobierno kirchnerista, hacen falta cambios de nombre para que las políticas cambien?
Lo que el Nene reclama, es que lo fleten a Moreno o que arreglen al Indec? Moreno, actúa por cuenta propia o bajo instrucciones de Cristina? Si viene otra persona, significa automáticamente que el Indec se arregla?
Con lo del Mecon, pasa algo parecido. Ya tuvimos a Lousteau al mando. Sirvió de algo?
Conclusión: no habrá un Lavagna ni un Redrado hasta tanto no haya decisión de cambiar la forma de hacer política (económica). Y eso, en última instancia, es lo más importante.
Una pregunta tangencial y casi inocente: ¿todavía tenemos superávit fiscal?
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